miércoles, 23 de septiembre de 2015

Nuevo Comienzo

Hace un mes estaba tan hundida que ni si quiera alcanzaba a ver el techo. Me fui unos días a ver a mi pareja a estar una semana de no hacer nada. De hecho, mi novio eme preguntaba que quería hacer y yo solo quería meterme en la cama con el que me abrazara y sentir la seguridad que solo sus brazos pueden darme, porque sentía que estaba cerrando una puerta tras de mí que dejaba atrás un año horrible, una vida que ha sido más bien una supervivencia, una vida de mierda si pero conocida. En cambio, tenía ante mí una puerta tras la cual no sabía lo que podría encontrarme. Conclusión, estaba aterrorizada.

Tras una semana con mi novio, he de decir que no me equivocaba, era justo eso lo que necesitaba, estar con él, con mi mejor amigo, charlas hasta el amanecer y días que comienzan a la una de la tarde. Tenía tantas cosas que hablar con él. Llego un momento el mes pasado en que apenas recordaba lo bien que podía llegar a hacerme sentir, lo que era sentir que formaba parte de un equipo. Saber que estemos donde estemos, siempre le siento a mi lado como un escudo, como si hubiera una red que me protegerá si me caigo.

Tras esas merecidas vacaciones volví a Inglaterra para enfrentarme a mi próximo destino: Brighton, mucho más fuerte y segura de mi misma. El miedo no es que haya desaparecido por completo, pero he conseguido controlarlo.

Sobre esta nueva aventura no puedo decir mucho porque acaba de empezar pero hay tres aspectos fundamentales sobre los que basarme a la hora de calificarla: la gente, la ciudad, el trabajo.

La gente, increíble. Una de las chicas que he conocido me dijo  “bueno yo creo que si todos estamos aquí es porque tenemos más o menos la misma  personalidad porque no todo el mundo se arriesga a hacer esta aventura”. Hace un año yo decía lo mismo, pero en algún punto del camino perdí ese pensamiento. Estoy conociendo a gente increíble, y desde el primer día comencé a conocer las historias que hay tras cada uno de ellos. Me encanta ese momento en el que alguien te cuenta algo de sí mismo y te das cuenta que esa persona guarda tanto tras de sí…todos venimos con cargas y adoro conocerlas.

La ciudad, es una maravilla, ya me enamoró cuando estuve de visita en mayo y ahora me gusta aún más. Está llena de gente joven, de cosas por hacer, andando por las calles tienes la sensación de que podrías pasar la vida aquí y seguirías sin haber recorrido cada rincón. Además algo que me ha llamado mucho la atención es lo simpática que es aquí la gente, si preguntas una dirección no solo te van a decir por donde esta sino que incluso te acompañarán hasta allí, y siempre con una sonrisa. “Si sonríes al mundo el mundo te sonreirá a ti”.

El trabajo, bueno aún no he comenzado estoy haciendo un curso de 3 semanas de introducción pero simplemente viendo lo organizados que son y lo comprensivos que son con nosotros ya me da muy buenas vibraciones.

Cuantas vueltas da la vida, como cambian las cosas en años, meses o incluso segundos. La persona que amábamos y por la que habríamos dado todo hace un año es ahora una historia del pasado, la casa que tanto luchaste por conseguir se quedó en aquella ciudad en la que trabajabas….de igual manera el estrés, la agonía, la sensación de estar atrapado en una habitación sin puertas ni ventanas, esa asfixia, desaparecida tras un mes o incluso tras solo semanas. Si es que la vida da tantas vueltas que nunca puedes decir “de esta agua no beberé”. Uno de mis mejores amigos me dijo una vez “me encanta salir contigo porque siempre se dónde empiezo pero nunca donde voy a acabar”. Así es como quiero que sea mi vida, sabiendo siempre donde estoy hoy pero sin saber dónde estaré mañana.

Es un nuevo comienzo, nuevas oportunidades, una vida nueva. Vengo cargada de fuerzas y con la firme  idea de que hare que este año sea inolvidable.


“Levántate centrado en la idea de que cada día es el primer día del resto de tu vida”

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