lunes, 28 de septiembre de 2015

Las Historias Sin Final

Llevo un mes con una pequeña cuestión en la cabeza: ¿y si al conocer a una persona increíble en vez de embarcarnos en una relación lo dejáramos como esta?

Me explico. Siempre que empezamos una relación pensamos “es el amor de mi vida” ni se nos ocurre pensar en que algo pueda ir mal. Y si encima, algún amigo nos dice “oye creo que deberías tomártelo con calma”…bueno ese amigo ya puede considerarse muerto. ¿Por qué ocurre esto? Pues porque el ser humano está hecho para estar en grupo, pareja, o como sea pero siempre con alguien y nunca pensamos que nos puedan traicionar o que se pueda acabar esa relación tan perfecta que tenemos. Al menos al principio, cuando todo son arcoíris y mariposas en el estómago. Que como bien dice mi amigo Ethan Wate (protagonista del libro Beautiful Creatures, lo recomiendo), “¿mariposas? Más bien eran abejas asesinas”.

Pero al final todo cae, esa relación que empezó siendo maravillosa, que esperábamos sus WhatsApps como si en alguno viniera el numero ganador de la lotería, que si veíamos su número llamándonos nos poníamos a gritar y mirar alrededor sin saber qué hacer, que estar cinco minutos con esa persona lo considerábamos tal suerte como si fuéramos los únicos que no moriríamos en Game of Thrones…Llega al momento “the end”. Y todo lo que parecía tan maravilloso se nos olvida, nos damos asco nosotros mismos de lo empalagosos que éramos, cuando tu amigo te recuerda cómo te habías comportado lo niegas completamente y a veces, incluso niegas la existencia de esa otra persona, como si esos últimos meses o años hubieras estado en un retiro espiritual o formando parte de una secta.

Sin embargo, una vez pasado el tiempo tras acabar la relación, recordamos esa historia con entusiasmo, y nos emocionamos. Por ejemplo yo, que he tenido varios grandes amores a lo largo de mi vida, cada vez que recuerdo las historias las recuerdo con cariño, se me llenan los ojos de lágrimas y parece que las estoy viviendo de nuevo al contarlas. Sin embargo, siempre queda esa tristeza oculta, ese pequeño dolor. Porque uno u otro ha roto la relación, lo que supone que alguien ha salido herido.

Por eso, he estado pensando en que a veces, al conocer a una persona estupenda con la que pasamos momentos maravillosos, que nos sentimos eufóricos a su lado, que sentimos el mundo a nuestros pies….quizás sea mejor dejarlo ahí. Conservar la historia original, sin paso del tiempo y por tanto sin cambios, perfecta e intacta. Tan fantástica como los cuentos de hadas que quedan escritos para la eternidad. Dejar la historia inacabada, sin final, sin dolor, ni amargura en la voz. Sin un doloroso adiós. Solo una historia, la historia más bonita jamás escrita.

Unos dirán que eso es rendirse, que es de cobardes, que es por miedo a sufrir. Mentiría al decir que no lo he pensado. Quizás sea así, que ya este cansada de arriesgar y de que siempre toda historia tenga un final. Al fin y al cabo, no me arrepiento de ni una sola vez en que comencé una relación. Quien sabe, puede que me arrepienta de no haber empezado alguna…En cualquier caso, empezadas o no, siempre me quedarán las historias para recordar. Siempre podré volver a esos sentimientos, a esos momentos, en mis recuerdos.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Nuevo Comienzo

Hace un mes estaba tan hundida que ni si quiera alcanzaba a ver el techo. Me fui unos días a ver a mi pareja a estar una semana de no hacer nada. De hecho, mi novio eme preguntaba que quería hacer y yo solo quería meterme en la cama con el que me abrazara y sentir la seguridad que solo sus brazos pueden darme, porque sentía que estaba cerrando una puerta tras de mí que dejaba atrás un año horrible, una vida que ha sido más bien una supervivencia, una vida de mierda si pero conocida. En cambio, tenía ante mí una puerta tras la cual no sabía lo que podría encontrarme. Conclusión, estaba aterrorizada.

Tras una semana con mi novio, he de decir que no me equivocaba, era justo eso lo que necesitaba, estar con él, con mi mejor amigo, charlas hasta el amanecer y días que comienzan a la una de la tarde. Tenía tantas cosas que hablar con él. Llego un momento el mes pasado en que apenas recordaba lo bien que podía llegar a hacerme sentir, lo que era sentir que formaba parte de un equipo. Saber que estemos donde estemos, siempre le siento a mi lado como un escudo, como si hubiera una red que me protegerá si me caigo.

Tras esas merecidas vacaciones volví a Inglaterra para enfrentarme a mi próximo destino: Brighton, mucho más fuerte y segura de mi misma. El miedo no es que haya desaparecido por completo, pero he conseguido controlarlo.

Sobre esta nueva aventura no puedo decir mucho porque acaba de empezar pero hay tres aspectos fundamentales sobre los que basarme a la hora de calificarla: la gente, la ciudad, el trabajo.

La gente, increíble. Una de las chicas que he conocido me dijo  “bueno yo creo que si todos estamos aquí es porque tenemos más o menos la misma  personalidad porque no todo el mundo se arriesga a hacer esta aventura”. Hace un año yo decía lo mismo, pero en algún punto del camino perdí ese pensamiento. Estoy conociendo a gente increíble, y desde el primer día comencé a conocer las historias que hay tras cada uno de ellos. Me encanta ese momento en el que alguien te cuenta algo de sí mismo y te das cuenta que esa persona guarda tanto tras de sí…todos venimos con cargas y adoro conocerlas.

La ciudad, es una maravilla, ya me enamoró cuando estuve de visita en mayo y ahora me gusta aún más. Está llena de gente joven, de cosas por hacer, andando por las calles tienes la sensación de que podrías pasar la vida aquí y seguirías sin haber recorrido cada rincón. Además algo que me ha llamado mucho la atención es lo simpática que es aquí la gente, si preguntas una dirección no solo te van a decir por donde esta sino que incluso te acompañarán hasta allí, y siempre con una sonrisa. “Si sonríes al mundo el mundo te sonreirá a ti”.

El trabajo, bueno aún no he comenzado estoy haciendo un curso de 3 semanas de introducción pero simplemente viendo lo organizados que son y lo comprensivos que son con nosotros ya me da muy buenas vibraciones.

Cuantas vueltas da la vida, como cambian las cosas en años, meses o incluso segundos. La persona que amábamos y por la que habríamos dado todo hace un año es ahora una historia del pasado, la casa que tanto luchaste por conseguir se quedó en aquella ciudad en la que trabajabas….de igual manera el estrés, la agonía, la sensación de estar atrapado en una habitación sin puertas ni ventanas, esa asfixia, desaparecida tras un mes o incluso tras solo semanas. Si es que la vida da tantas vueltas que nunca puedes decir “de esta agua no beberé”. Uno de mis mejores amigos me dijo una vez “me encanta salir contigo porque siempre se dónde empiezo pero nunca donde voy a acabar”. Así es como quiero que sea mi vida, sabiendo siempre donde estoy hoy pero sin saber dónde estaré mañana.

Es un nuevo comienzo, nuevas oportunidades, una vida nueva. Vengo cargada de fuerzas y con la firme  idea de que hare que este año sea inolvidable.


“Levántate centrado en la idea de que cada día es el primer día del resto de tu vida”

lunes, 21 de septiembre de 2015

Personas Antes Que Enfermeros

Partiendo del fantástico artículo "La relación entre el enfermo y el profesional de la salud" publicado en  Yo Psicólogo, quiero comenzar  mi post de hoy. No solo quiero hablar de enfermería, quiero hablar de personas. 

Personas que en un momento determinado de sus vidas sufren una enfermedad o proceso patológico que los lleva a estar ingresados en un hospital. Separados de familia, amigos y rodeados por gente desconocida, horarios de comidas, cables, tubos, maquinas con alarmas programadas, etc. ¿Puedes imaginarte como deben de sentirse? Completa y absolutamente perdidos. No solo eso, vulnerables, ante una enfermedad, por muy común que sea o fácil de solucionar, todos sucumbimos al miedo. Y si encima en esos momentos, como he dicho, debes estar rodeada de desconocidos y en un lugar extraño, la sensación de vulnerabilidad aumenta. 

Como enfermera, he de admitir que a veces olvido eso, que para mí es mi trabajo diario y que al conocer a un nuevo paciente sigo mi rutina de trabajo como si nada, sin pensar en lo raro que pueda resultar todo aquello para el paciente.

En la carrera nos hablan sobre ello, psicología del trabajo, tratar siempre al enfermo de manera holística, no pensarle como un número de cama o habitación. Al acabar la carrera te propones que serás mejor que todos los demás, que serás el enfermero que luche por los derechos del paciente. Pero pasa el tiempo y un día te das cuenta de que das por sentado que el paciente sabe lo que le espera cuando le dices que le vas a poner un catéter, o que el paciente tiene familia que le traiga ropa al hospital. 

Llega un momento en que es necesario pararse y reflexionar, si la persona que somos es la que queremos ser. 

Como enfermeros, no trabajamos con papeles, trabajamos con personas. Personas que tienen su propia historia su propia vida. Por tanto, debemos recordar que pese que para nosotros sea el "día a día" en el trabajo para ellos es una etapa muy difícil y dura de sus vidas. Debemos ser su apoyo, la mano amiga que agarrar, la persona a la que acudir sin miedo ante cualquier duda.

Para ello, desde el minuto cero en que un paciente nuevo llega a nuestro servicio es necesario iniciar una relación adecuada enfermero-paciente. No digo que tengamos que ser sus “colegas” pero si crear una relación de cordialidad, de empatía, no ser solo la persona que les lleva la medicación. Debemos definir los limites justos de la relación, sin llegar al punto de la amistad en el que el paciente pierde el respeto por nosotros y duda de nuestra profesionalidad, pero tampoco siendo estrictos y adoptando una postura paternalista en la que la opinión del paciente nos importa en la toma de decisiones sobre su plan terapéutico.

Esto me hace pensar, que he conocido a muchos enfermeros unos eran mejores a mi parecer que otros. Pero quizás, esos que no cumplían mis estándares de buen enfermero, empezaron como yo, queriendo ser mejores, pero se perdieron en el camino. Como ocurre a mí, a veces olvido que antes de ser enfermera soy una persona.  Ya Virginia Henderson (enfermera teorizadora) en 1900 consideraba a la persona como
Virginia Henderson, la cara de la bondad.

“Definición de persona: ser bio-psico-social, es decir, la persona además de una estructura biológica, posee una psicológica. Debemos ayudar al paciente para que logre su independencia; teniendo en cuenta que la mente y el cuerpo son inseparables; el paciente y la familia forman una unidad”

Virginia Henderson (enfermera teorizadora) 


lunes, 14 de septiembre de 2015

Las 6 Fases Ante Una Mala Noticia

Todo el mundo sabe cuáles son las fases del duelo ¿cierto? pues he decir que más o menos son las mismas que cuando te dan una mala noticia, o cuando mejor dicho, te joden, pero bien.

Hace unos días viví con mi compañera de piso una de esas situaciones en las que, te ocurre algo horrible y encima es por tu culpa por haber sido tonta del culo. Pues bien, pasamos exactamente por estas fases:

La incredulidad


Ese momento en que aun eres un incrédulo de la realidad, un inconsciente y te mantienes con la mirada perdida y con una postura de idiota, estática y sin saber qué hacer con tus manos. Solemos decir frases tipo "que va, no puede ser" o "que no, que no es eso lo que está pasando". A veces incluso acompañamos estas frases de una sonrisa.

La risa descontrolada


Es mi parte favorita, sobre todo si como sucedió en mi caso, estas con una amiga y la mala noticia os incumbe a ambas. Al pasar la incredulidad de la realidad y darte cuenta de que verdaderamente estas en la mierda, repasas lo sucedido y todo, y digo ABSOLUTAMENTE TODO, te resulta desternillante, no puedes si quiera hablar de la risa que te produce. Y si, como en nuestro caso, estas en mitad de la calle, atraerás la mirada de extraños que sabes en breve llamaran al manicomio para que te lleven. 

La sensación de infarto


Si, ese momento en que te tiemblan las manos, no sabes qué hacer ni dónde ir, te tomas el pulso como si fueras un experto en ello y te falta el aire. No, no es un infarto, es un ataque de ansiedad, pero tranquilo, sobrevivirás. 

La "mi vida no tiene sentido"


Si la risa era mi favorita, a este le asigno el segundo puesto. Una vez pasada la angustia, solo quieres tabaco, alcohol, sexo con un desconocido, lo que sea que te haga sentir aún más mierda. ¿Por qué? porque piensas que no puede haber ya nada peor que lo que te ha ocurrido y solo quieres meter la cabeza en el agua o en la tierra. Un poco lo que viene a ser convertirse en un EMO y ser un alma triste y oscura, traicionada de la vida

La ira


Por supuesto, toda superación de una situación sea un duelo o sea cualquier otra situación, trae consigo una fase de ira. En nuestro caso, mi amiga quiso matar a todos los pasajeros del metro de Londres porque "estaban en su camino hacia la puerta del metro". No es racional, no es bueno, no es seguro (para los demás) pero te hace sentir estupendamente cuando le gritas a un completo desconocido "Quítate de en medio idiota" sobre todo si lo dices en un idioma en que no puede entenderte, al menos así no tendrás problemas.

La aceptación


Por último, agotadas tras soltar toda la ira, acabas por aceptar que no hay nada que puedas hacer para arreglar la situación. Lo único que te queda es pensar en lo que harás ahora, y seguir con tu vida. Yo por mi parte, intento siempre tomarlo con humor. Mi madre siempre me ha dicho "más ya no se puede hacer así es que al menos intenta reírte de ello" y eso hago. Aunque a veces se me va de las manos y hago bromas en momentos incómodos o inadecuados.

El caso es, que después de todo, sea lo que sea que ocurra, al día siguiente te levantaras y será un día nuevo, distinto y el día de ayer será solo eso, el día de ayer, un día más entre todos los días que aun te quedan por vivir. Levántate, y sigue con tu vida. Un día te reirás de todo lo ocurrido, te lo aseguro. Además, ya tendrás una historia que contar.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

La Cruda Realidad

No tengo problemas de salud. No soy pobre. Soy consciente de la de millones de personas que hay por el mundo sufriendo inmensamente más que yo. Sin embargo, hoy me siento en la puta mierda.

Cada uno tiene sus límites. Yo creo que los míos son bastante altos. Puedo sufrir de estrés y agobio y malas noticias y mil veces mala suerte, y aun así, seguir adelante con una sonrisa.

Pero todos tenemos un límite.

A la gente le llama la atención que siempre esté sonriendo. Nadie sabe lo que se esconde tras una sonrisa. Pasa tan desapercibida. 

Tengo la sensación que desde que llegue a este país hace ya un año, las cosas no han parado de ir a peor. Este último mes ha sido la gota que colma el vaso. Quizás, si todas las cosas que han pasado este mes hubiesen pasado por separado a lo largo del tiempo no me habrían afectado tanto. Pero es que ya no puedo más.

Sin ver a mi novio desde hace 6 semanas, él trabajando todos los días del mes y yo entre trabajo, mudanza y viaje a España a ver a mi familia. Todo esto ha hecho que exista cierto espacio entre nosotros. No se habla de ello, no lo puedes describir, ni saber su origen concreto. Solo está ahí. Pero yo le necesito. Ha sido y es mi mejor amigo y apoyo. Pero ahora me cuesta tanto hablar con él, porque hay tantas cosas de las que hablar.

Mi trabajo. Me mata. Odio mi trabajo. ¿Cómo puedo odiar mi trabajo con solo 23 años? la gente con quien trabajo desde jefes hasta pacientes son como robots sin sentimientos, sin moral. De hecho creo que cualquier maquina tendría más sensibilidad que ellos. Pueden verte hundida en el suelo, destrozada, llorando de desesperación y ni te darán un pañuelo. No tienen piedad.

Mi familia. La echo tanto de menos. He ido a visitarla 3 veces en todo el año y siempre pocos días. ¿Por qué no voy más? Porque mi novio es italiano y es mejor pagar un vuelo que pagar dos y que se venga conmigo o irme sin él y pasar de nuevo seis semanas sin vernos. Decisiones de la vida. El caso es que esta ultima vez que he ido, me he cerciorado de cuanto los echo de menos. Mis hermanas, mis padres, mi ciudad. La seguridad y confianza que me da estar en mi hogar. Hogar....a menudo he pensado el significado de esa palabra. Aunque evito de pensarlo porque me da miedo descubrir que en verdad no sé dónde está el mío.

Mis amigos. Al llegar a Inglaterra pensaba encontrar gente increíble. Al volver a España me di cuenta que nunca encontrare amigos como los que tengo allí. Pero que tampoco me hace falta, no tienen por qué ser como ellos. Solo amigos. Pensaba que los había encontrado. Hace relativamente poco tiempo, la que consideraba mi amiga y apoyo aquí me ha traicionado. No algo grave, solo me ha abandonado. ¿Por qué? Por un chico. Cuando una chica traiciona hay SIEMPRE un chico de por medio. Es algo que he ido aprendiendo con los años. El caso es que cada cual tiene sus planes, y sus decisiones. Pero hay que tener un poco de sentido común. Toma decisiones, pero no jodas a nadie con ellas. Al menos, no a tus amigos.

Adema, He perdido a una buena amiga. El mundo ha perdido a una buena persona, la mejor sonrisa. Y me entere al llegar aquí tras España, mientras trabajaba. ¿Crees que alguien me ha dado tregua por ello? Para nada. Ya os he dicho que son peores que las maquinas.

Ah y se me olvidaba lo mejor. He sido tan tonta de caer en un timo. He perdido dinero y mi dignidad. 

Sé que no es nada. Sé que son tonterías. Pero me hacen pensar.

 ¿Cómo puede ser que este trabajo, esta vida, me haya hecho cambiar hasta convertirme yo misma en un ser cruel que ni reconozco al espejo?

¿Por qué prefiero aguantar las lágrimas antes que mostrarlas y parecer débil frente a los demás?

Echo tanto de menos sentirme segura. A salvo. Sin embargo, cuando lo estoy me siento atrapada y quiero volar. Necesito aire.

¿Cómo puede ser que me dedique a salvar vidas, que cada día salve la vida de personas que no conozco, y no haya podido salvar a ninguna de las que si conocía y me importaban?

¿Por qué todas las personas abandonan? ¿Por qué traicionan?

 ¿Por qué la gente actúa sin importar a quien arrastren por medio? ¿Por qué nadie se para a mirar a su alrededor al menos un segundo? 

¿Por qué vivimos cada uno en nuestra pecera llena de todo aquello que no contamos, y sin ver a quien está fuera?

Soy de las que no hablan. Cuando me ocurre algo debo "metabolizarlo" como dice mi novio, antes de hablarlo. El problema es que a veces, se me olvida hablarlo y lo guardo. Y si se juntan muchas cosas en el mismo periodo de tiempo, me las guardo porque ya son tantas que prefiero hablarlas en profundidad cuando haya tiempo. Pero nunca hay tiempo. Llega un momento en que son tantas cosas, que creo que voy a explotar. Que mi cabeza y mi cuerpo se partirán en dos y saldrá a la luz todo lo que llevo dentro. Llega un punto, en que lo deseo con todas mis fuerzas, porque es la única salida que veo. Explotar. Romperme.

Quizás necesite romperme. Llegar a los cimientos y construirme de nuevo.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Vivir o Sobrevivir

Hoy he leído un post, "Cómo aprender a disfrutar de cada momento", y he de reconocer que me siento completamente identificada. 

Vine hace un año a Inglaterra a trabajar como enfermera. Pensaba que aquí encontraría personas interesante, una oportunidad en mi carrera profesional, una ciudad nueva de la que maravillarme y mil aventuras.

Sin embargo, tras un año, aunque he conocido a personas que adoro, no he encontrado a nadie cuya personalidad o mentalidad me haga decir "¡vaya! Nunca lo habría pensado así". No ha sido una oportunidad en mi carrera, al contrario, siento que hace un año hacia mucho más, mas procedimientos enfermeros y que sabía muchas más cosas que ahora, porque encima, con el tiempo, se me han olvidado y no he aprendido nada nuevo. Y las aventuras, bueno, he visitado Oxford, Londres, Brighton y muchos países. Y he vivido algunos momentos que contaré y recontaré toda la vida, pero no siento que haya hecho nada de gratificante o importante.

Todo esto ha hecho que sienta que mi vida lleva un año estancada. La gente me dice que no, que debería sentirme orgullosa de haber llegado hasta aquí. Pero yo siento que solo he sobrevivido a esto, que no he hecho nada más. 

Es así que he llegado a un punto en que no vivo los días, dejo que pasen por mi lado. Cada día es una espera de las vacaciones para ir a España o a Italia. Es una sensación horrible porque nunca quiero volver aquí y tengo estabilizado este lugar como una cárcel.

¿Lo peor? Que no puedo echarle la culpa a nada ni nadie. La culpa es solo mía porque me conformé con pasar cada día sin problemas en vez de preocuparme en aprovechar el tiempo.

Pero ahora todo va a cambiar, porque si algo está claro es que si no te gusta tu vida cámbiala, pero no te lamentes. Mi abuelo siempre me decía "Lo único que no tiene solución es la muerte" (después he descubierto que forma parte de un fragmento de una frase de William Shakespeare, que culto era mi abuelo).

Ahora empieza una nueva etapa de mi vida. He tenido el coraje para cambiarme de ciudad y de trabajo. He intentado un trabajo en un servicio de hospital mejor y ¡lo he conseguido!

Voy a gritar al mundo que he llegado, voy a reír sin sentido, a hacer mil planes aunque luego solo haga uno, pero por tener el placer de elegir. No voy a parar por casa. Voy a buscar la aventura, no a esperar que ella me encuentre a mí.

Antes de llegar aquí era diferente. Hace año y medio me subí a un avión de caza, visite los lagos de Covadonga, hice un blablacar de 7 horas y conocí a una de las personas más interesantes de toda mi vida, me fui de viaje sin saber cuándo volvería, etc.

Por eso sé que no debo cambiar mi manera de ser, solo reencontrar mi manera de ver el mundo.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La Vida Tras Las Cámaras

Últimamente he estado meditando sobre lo mucho que la gente juzga o mas bien, lo mucho que tienen que decir sobre las acciones de los demás. Incluso, sobre la vida de los demás. Yo misma lo he hecho, cada mañana al comprobar las nuevas publicaciones de mis amigos en Facebook, cada vez que veo una foto de una chica en la playa con un cóctel en la mano pienso "¡que vida tan maravillosa tiene, que afortunada!". Pero, eso es solo un fragmento de su vida, un retrato de un momento. ¿Cómo es el resto de su vida? ¿Será en verdad tan fantástica?

A diario ocurre que, estando con amigos o compañeros de trabajo, tenemos conversaciones sobre el vestido que lleva una amiga en una foto de Facebook o sobre la incansable fila de hombres que acompañan a casa a la vecina de al lado. Siempre tenemos algo que decir con respecto a la vida o a las acciones de los demás, y no me mal entendáis, adoro a la gente con capacidad de crítica pero hay que saber donde esta el límite entre capacidad de crítica y juicios precipitados.

A menudo, creamos juicios de personas que apenas conocemos basándonos solo en una foto, una imagen, solo un pequeño fragmento de su vida. El cual, además, puede haber sido modificado o mostrado de una manera que lo haga parecer lo que no es. ¿Cómo sabes si esa chica siempre sonriente en las fotos no tiene una enfermedad grave?

Nunca sabemos lo que hay detrás de una imagen, o detrás de una sonrisa o una lágrima, o incluso detrás de una actitud malhumorada.

Pero no solo juzgamos sino que también formamos parte del equipo contrario. Todos escribimos alguna vez publicaciones con frases inspiradoras o fotos en la cima de una montaña. Pero pocos o nadie, escribe sobre lo quemado que está en un trabajo, lo solo que se siente de noche o pone una foto en la que se muestre a si mismo llorando. Como dice una amiga, "nadie va a escribir lo mierda que es la vida".

Cada uno de nosotros alimentamos una ilusión sobre la vida que querríamos tener, la que queremos que todo el mundo piense que tenemos, pero que en verdad no tenemos. Yo misma lo he hecho. Porque es mejor que piensen que eres una persona fuerte y feliz en vez de que vean lo mal que has estado antes de llegar a ser así de fuerte.
 
Mostramos una fachada, una actitud, sabemos que la gente siempre hablará pero de esa manera hablarán sobre una vida que no es real, una actitud que no es la nuestra. Y por tanto, no nos afectará de la misma manera.

"¿Sabes?, la mayoría de la gente no me conoce realmente". 
Marilyn Monroe  

Por eso, si veo a un chico bailando a lo loco en una discoteca o una foto de una chica en Facebook hiper sonriente y feliz, no voy a pensar que el chico está loco o que la chica es así de feliz. Simplemente, voy a pensar que ambos están pasando buenos momentos. En vez de eso, me pregunto, ¿cómo son sus vidas en realidad? ¿Que hay detrás de esa actitud? ¿Que historias serán las que les han hecho ser así?

Soy de esas personas que van por la calle riéndose solas. Me gusta pensar en la vida que tendrá cada una de las personas que me cruzo. En mi mente no existe el negro o blanco, existe toda una gama de colores. Para mi nada es o todo o nada. Y es que el ser humano es maravilloso, y son aun mas maravillosas las historias que tiene que contar. Por tanto, yo propongo que en vez de imaginar como es la vida de los demás, dejemos que sean ellos los que nos cuenten su historia.

Sobre mí

¡Hola! Si estás leyendo esto es que has tenido la suerte de encontrar mi blog. Si, tú has tenido la suerte, porque quizás encuentres aquí más de lo que pensabas.

Soy Irina Fray, española de veintitantos. Trabajo en Inglaterra desde hace un año. Sí, soy de esas personas con suerte que trabajo de lo mío. El hecho de hacerlo en otro país muchos lo consideran una ventaja y un sueño, otros una tortura y una mala fortuna. ¿Mi opinión? A veces lo siento como una fortuna y otras como una maldición, ni todo es siempre bonito ni todo es un horror. Pero ya hablare de eso más adelante.

En cuanto al tema de mi blog, sería difícil de describir. Puedo decirte de qué NO trata. No es un blog de moda, no voy a hablarte de ropa ni de peinados. Tampoco es un blog de amor o de psicología profunda, no soy psicóloga. Por tanto, no voy a contarte lo maravillosa que es la vida o lo poco que valía es@ ex tuyo.

Entonces ¿de qué voy a hablar? Bueno, pues sobre temas de enfermería, que puede que no entiendas si no formas parte del gremio no porque seamos una sociedad exclusiva sino porque es más fácil para otra enfermera entender por ejemplo por qué no me da asco absolutamente nada.


También contare como es vivir en Inglaterra, ya que no es como todo el mundo piensa siempre con lluvia pero tampoco os voy a mentir y decir que fuera siempre está el sol. Voy a contar las historias de mi vida, las que me hicieron ser lo que soy ahora, porque a fin de cuentas, eso es lo más interesante de las personas: las historias que hay detrás, las que hacen que una persona sea como es.

En resumen, voy a escribir de la vida, de la mía para ser más concreta, a veces una alegría y a veces una agonía, ni más ni menos. No digo que lo que escriba sean verdades absolutas, ni mucho menos, pero te aseguro que siempre será verdad, una verdad, la mía, y una vida, la mía.

Y ¿quién sabe? Quizás encuentras algo que te resulte familiar o algo que te suene a chino. Pero si consigo hacer que una sola persona se pare a pensar en algo sobre lo que jamás había meditado, me sentiré satisfecha. Y sino, al menos me desahogo contando ciertas cosas aquí. Porque llega un punto en que, aunque el saber no ocupa lugar, pero se hace un poco pesante llevarlo siempre contigo.

Sin más, aquí te dejo mi blog, espero lo disfrutes. ¡Gracias por tu visita!


P.D.: aviso que estoy algo loca, pero tranquilo, ¡no es contagioso!